(música de fondo para este post: "Que Vachaché", de E.S.Discépolo por Carlos Gardel)
Durante los últimos años, el recuerdo a hombres y acontecimientos importantes en la formación de lo que (con un poco de suerte) podemos llamar la sociedad argentina, ha dado paso a una nueva categoría, la del "feriado largo". Es así que, y ante la absoluta falta de sorpresa de la mayoría ante tan curiosa situación, nos encontramos con que nadie sabe muy bien (ni le interesa, claro) cuales son los sucesos que se conmemoran, ni mucho menos cual es la fecha exacta de los mismos, ni siquiera por qué carámbanos tendremos la fortuna de no ir a laburar y/o estudiar.
Los sucesivos gobiernos que avalan esta decisión sostienen que es una manera de fomentar el turismo.
Como un aporte más a la inteligencia nacional, dejo algunas ideas para que, sin dejar de irnos de mini vacaciones, los argentinos podamos saber de qué se trata (el feriado):
Reemplazar los ya gastados daguerrotipos de nuestros próceres por otros más modernos y acordes a los nuevos tiempos. Por ejemplo, sería bueno hacer que Belgrano abandone esa silla de un famoso retrato suyo, en la que por otra parte luce un poco incómodo, y lo podamos ver comodamente instalado en una reposera, con malla, lentes de sol y un trago en la mano.
Cambiar el lugar geográfico de los sucesos que se "conmemoran". El encuentro de Guayaquil podría perfectamente situarse en Villa Carlos Paz, o la batalla de San Lorenzo en San Bernardo. Nadie notará la diferencia :)
Incluir en las villas y ciudades turísticas referencias históricas truchas relativas al hecho que se "recuerda". Así, un guía de un city tour por Mar del Plata podría mencionar que Mariano Moreno recorrió la Av. Luro a fines de 1810 en busca de sweaters para su inminente viaje a Londres.
De Nada.
Buenas Tardes.
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