El 1% (y los Demás)

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| jueves, 24 de diciembre de 2015
(música de fondo para este post: "Aquaforte", por Carlos Gardel)

El crecimiento de las desigualdades sociales a lo largo de un extenso período y en una gran cantidad de países fue materia de análisis para muchos economistas. Esos trabajos son tanto más creíbles ya que sus autores no tienen fama de "izquierdistas" (ni menos aún de marginales). Todos ello ponen de manifiesto la concentración de la fortuna en el grupo del 1% y, más aún, del 0,1% más rico.(...)
De hecho, según muestra Joseph Stiglitz, los más ricos someten a los gobiernos a sus intereses mediante la presión de los lobbies y el peso de una ideología neoliberal que induce a pensar que la fortuna de los ricos  es buena para todos. Es cierto que lo es para la industria del lujo, mientras el desempleo se afianza, los salarios no aumentan y, como a comienzos del siglo XX, se desarrolla una clase de trabajadores pobres a quienes el trabajo no arranca de la miseria.
Thomas Piketty esboza un panorama de las desigualdades tan impresionante como el de Stiglitz. Los "superejecutivos" pudieron negociar  salarios treinta veces más altos que los de sus asalariados peor pagos. En tanto que Henry Ford, de quien no puede decirse que fuera un demócrata, quería que los directivos de sus fábricas ganaran cuatro veces el salario de un obrero, hoy esa brecha se multiplicó por diez, y a menudo por mucho más. Pero la tendencia más espectacular es el retorno de la renta. Las colocaciones financieras prudentes, cuyas tasas de rentabilidad crecen más cuanto más elevadas son las sumas invertidas, tienen claramente un mayor rendimiento que el trabajo. Como en tiempos de Balzac y como en la "Belle Époque", es mejor heredar que trabajar, y nos acercamos a los índices de desigualdad de esa época, que sólo fue bella para los rentistas(...)
Sin embargo, explicar el crecimiento de las desigualdades por las "leyes" de la economía no puede funcionar como excusa para renunciar a la lucha contra las prácticas desigualitarias más banales y sus efectos. Basta con observar las prácticas de cada uno de nosotros para advertir que, más allá de la oposición del 1% de los más ricos y los demás, elegimos con frecuencia desigualdades sociales en la medida en que no ofendan nuestros principios democráticos, e incluso cuando estos las legitiman.


Francois Dubet, "¿Por Qué Preferimos la Desigualdad? (aunque digamos lo contrario)"

Des - Dichas

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| sábado, 19 de diciembre de 2015
(música de fondo para este post: "Vete de Mi", de Homero y Virgilio Expósito por Caetano Veloso)

La situación por la cual uno no puede escaparse ni de su cuerpo ni de su mente ni de su alma es sumamente injusta.
Así, tengo que presenciar como mis novias, mis amigos, mis amantes, mis parientes, mis mascotas, en fin, todos me dejan mientras yo, que quisiera poder huir de mi como ellos, debo quedarme aquí, conmigo, para siempre.

Por un Imaginario de la Fraternidad

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| domingo, 15 de noviembre de 2015
(música de fondo para este post: "Los Hermanos",  de Atahualpa Yupanqui por Mercedes Sosa) 
Los movimientos políticos que se remiten a la igualdad de unos y la exclusión de otros mediante la recomposición de un imaginario comunitario arcaico nos obligan a definir nuevas políticas de solidaridad. Esas políticas (...) no deben tampoco ignorar que la igualdad implica un imaginario de la fraternidad. Es imperativo no abandonar  el tema de la fraternidad en manos de los enemigos de la igualdad o los enemigos de la democracia (...)
En una sociedad plural donde las culturas y los individuos esperan que se los reconozca como autónomos y singulares, es imprescindible construir los espacios y las escenas que nos permitan decir lo que tenemos en común, a fin de aceptar nuestras diferencias. Sin ese trabajo, nada nos protegerá del peor de los escenarios: la alianza del conservadurismo cultural y el liberalismo económico, como preparación para el retorno de unas desigualdades sociales que creíamos desaparecidas para siempre.

Francois Dubet, "¿Por qué preferimos la desigualdad? (aunque digamos lo contrario)"

Caer

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| domingo, 25 de octubre de 2015
(música de fondo para este post: "A Pique" por Luna Monti y Juan Quintero)

Después de haber cobrado altura, uno se puede venir abajo por cualquier cosa. Un roce minúsculo fuera de lo pensado, una distracción, un mal movimiento, se convierten en un sueño estrellado de repente. Si flotando se es elástico y étereo, cayendo se es una caricatura, un peso muerto, la imagen anticipada del cráter que dejarás en el piso.

Aunque es cierto que caer implica haber volado, y se puede encontrar en esto un consuelo interesante, duele. Los caedores expertos recomiendan proveerse aunque más no sea de alguna almohada. Para los más pesimistas, caer es volver al espanto de lo cotidiano; un espanto que durará, hasta que algún día nazca una nueva invitación para levantar el vuelo.

La Justicia Práctica

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| miércoles, 30 de septiembre de 2015
(Música de fondo para este post: "Judge Jury and Executioner", por Atoms For Peace)

Nunca hasta entonces había tenido que recurrir a un abogado y de pronto tenía al mismo tiempo dos causas. En la primera visita al estudio recibí una lección inolvidable sobre lo que podía esperar de la justicia práctica. Quise contarle en detalle lo que había ocurrido con Luciana pero me interrumpió casi antes de que empezara. Lo que había sucedido entre los dos a solas en un cuarto cerrado era para los jueces indiferente: nunca podrían decidir entre la palabra de uno y de otro(...) 
A la justicia no le importa cuál es la verdad, me dijo, sino sólo las versiones que pueden demostrarse.

Guillermo Martinez, "La Muerte Lenta de Luciana B."

Arte Explicado

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| martes, 25 de agosto de 2015
(música de fondo para este post: "Gato por Liebre", por Los Tres)

En una de sus acciones llamada "Me gusta América y yo le gusto a América (I like America and America likes me, 1974), Joseph Beuys (Alemania, 1921-1986) se encerró en una jaula durante una semana con un coyote como única compañía. Parece extraño, pero no tanto, sin embargo, como la performance por la que más se lo recuerda: "Como explicar cuadros a una liebre muerta" (Wie man dem toten Hasen die Bilder erklart, 1965)(...) Beuys se sentó tranquilamente en una silla colocada en la esquina de la galería Alfred Schmela de Dusseldorf. Tenía la cabeza embadurnada de miel recubierta de pan de oro. En sus brazos sostenía a una liebre muerta a la que miraba fijamente. Al cabo de un rato se levantó y recorrió la sala mirando los cuadros allí expuestos. De vez en cuando levantaba la liebre y le enseñaba un cuadro antes de murmurarle al oído algo inaudible. De repente se detenía y se volvía a sentar, pero en ningún momento se dirigía al público o daba indicios de reconocer su presencia. Así permaneció durente tres horas.
El público estaba extasiado. Beuys, tiempo después, apuntó que había logrado captar la imaginación de la gente: "se debió(...) al hecho de que todo el mundo reconoce el problema que supone explicar las cosas, más concretamente cuando se trata de asuntos que forman parte del arte o del trabajo creativo".

Will Gompertz, "¿Qué estás mirando? 150 Años de Arte Moderno en un abrir y cerrar de ojos"

Agrio está el Mundo

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| sábado, 1 de agosto de 2015
(música de fondo para este post: "It's the end of the world" por R.E.M.)

 

Agrio está el mundo,
inmaduro,
detenido;
sus bosques
florecen puntas de acero;
suben las viejas tumbas
a las superficies;
el agua de los mares
acuna
casas de espanto.

Agrio está el sol
sobre el mundo;
ahogado en los vahos
de sus pantanos;
inmaduro,
detenido.

Agria está la luna
sobre el mundo;
verde,
desteñida;
caza fantasmas
con sus patines
húmedos.

Agrio está el viento
sobre el mundo;
alza nubes de insectos muertos,
se ata, roto,
a las torres;
se anuda crespones
de llanto;
presa sobre los techos.

Agrio está el hombre
sobre el mundo,
balancéandose
sobre sus piernas;

A sus espaldas,
todo,
desierto de piedras;
a su frente,
todo,
desierto de soles,
ciego...

Alfonsina Storni

Un Pequeño Acto

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| sábado, 25 de abril de 2015
(música de fondo para este post: "How to Disappear Completely" por Radiohead)


Hay veces en la vida, pocas veces, en que uno alcanza a percibir la bifurcación vertiginosa, fatal, de un pequeño acto. La propia ruina que acecha  detrás de una decisión trivial.

Guillermo Martinez, "La  Muerte Lenta de Luciana B."

Opiniones Express

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| jueves, 5 de febrero de 2015
(música de fondo para este post: Qué Ves?, por Divididos)
La inmediatez de la opinión parece ser un signo de la época. El espacio para el conocimiento, la reflexión y el ejercicio de la conciencia crítica van desapareciendo al ritmo de la velocidad provista por los adelantos tecnológicos.
Así, la ocurrencia de cualquier hecho, desde el más modesto al más trascendente, hace que en el término de pocos minutos  una importante cantidad de ciudadanos se vean en la necesidad de expresar su opinión a través del uso de numerosas redes sociales, aún cuando, dada la rapidez de los acontecimientos, se desconocen todas y cada una de las circunstancias que acompañan al suceso. Esta clase de personas parece estar más interesada en imponer "su" verdad que en buscar la parte de la verdad (ya que como diría Marechal, "La verdad es infinita") más cercana (o más parecida) a lo acontecido.
Un fenómeno más extraño aún es el de los ciudadanos que ante la ocurrencia del evento en cuestión, creen imperioso tomar velozmente las calles para así expresarse a través de cánticos, pancartas, etc. A pesar de esa rauda decisión (o pensándolo bien, tal vez a causa de ella), al contacto con el gris de la ciudad estas personas tienden a mostrarse frágiles y confusas, ya que como es lógico, ni ellas ni nadie alcanza a comprender por qué razón están ahí, ni qué piden, ni qué reclaman, ni qué reivindican, por qué están tristes, contentos o indignados. Suelen, eso sí, arrogarse la representación del resto de la población, que si no está ahí es porque justamente no se enteró, igual que ellos.
El que opina rápido, se equivoca dos veces. O algo así.


 

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