Miniaturas

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| miércoles, 31 de diciembre de 2014
(música de fondo para este post: "Pequeña", de Osmar Maderna y Homero Expósito, por Horacio Molina)


La miniaturización constante de los objetos que la tecnología propone al animal humano, hará que en un futuro no tan lejano, finalmente no haya cosa alguna que no pueda ser contenida en una microscópica pastilla de silicio y germanio. 
Entonces no tendremos necesidad de alimentos, ni de ropa, ni de viviendas ni de nada. 
La evolución hará luego su trabajo de adaptación de la especie a esta nueva naturaleza. Generación tras generación tras generación, nos iremos volviendo más y más pequeños, como le ha ido sucediendo a los discos, a los i-phones, a la cantidad de goles de los goleadores de un campeonato de fútbol. Hasta que al fin lo que fuimos, lo que somos, quedará reducido a la nada misma, o a parte de ella (lo que vendría a ser casi lo mismo).
Le expliqué todas estas cosas al Sr.Brandauer, que así y todo me cobró religiosamente el alquiler.

(Uwe Garner "El Científico Incomprendido")

Balada para mi Muerte

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| domingo, 21 de diciembre de 2014

(música de fondo para este post: "Balada para mi Muerte", de Astor Piazzola y Horacio Ferrer, por Julia Zenko) 

Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,
guardaré mansamente las cosas de vivir,
mi pequeña poesía de adioses y de balas,
mi tabaco, mi tango, mi puñado de esplín.
Me pondré por los hombros, de abrigo, toda el alba,
mi penúltimo whisky quedará sin beber,
llegará, tangamente, mi muerte enamorada,
yo estaré muerto, en punto, cuando sean las seis.
Hoy que Dios me deja de soñar,
a mi olvido iré por Santa Fe,
sé que en nuestra esquina vos ya estás
toda de tristeza, hasta los pies.

Abrázame fuerte que por dentro
me oigo muertes, viejas muertes,
agrediendo lo que amé.
Alma mía, vamos yendo,
llega el día, no llorés.
Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,
que es la hora en que mueren los que saben morir.
Flotará en mi silencio la mufa perfumada
de aquel verso que nunca yo te supe decir.
Andaré tantas cuadras y allá en la plaza Francia,
como sombras fugadas de un cansado ballet,
repitiendo tu nombre por una calle blanca,
se me irán los recuerdos en puntitas de pie.


Horacio Ferrer.

Un Percance Inseparable de la Vida

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| viernes, 28 de noviembre de 2014
(música de fondo para este post: "El Show de los Muertos" por Sui Generis)

Si no es la proximidad del salvaje lo que inquieta al hombre de campo, es el temor de un tigre que lo acecha, de una víbora que puede pisar. Esta inseguridad de la vida, que es habitual y permanente en las campañas, imprime, a mi parecer, en el carácter argentino, cierta resignación estoica para la muerte violenta, que hace de ella uno de los percances inseparables de la vida, una manera de morir como cualquier otra, y puede, quizá, explicar en parte, la indiferencia con que dan y reciben la muerte, sin dejar en los que sobreviven impresiones profundas y duraderas.

Domingo Faustino Sarmiento, "Facundo"

El Cuadrado Negro

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| miércoles, 19 de noviembre de 2014
(Música de fondo para este post: "Square One", por Coldplay)

Fiel a su estilo, Kazimir Malévich empezó pintando un cuadro "manifiesto" para encarnar su nuevo rumbo en el arte: seleccionó un lienzo de 0,23 metros cuadrados, lo pintó todo de blanco y después pintó un gran cuadrado negro en el medio. Llamó a la obra "Cuadrado Negro". Elegir semejante título, tan seco y literal, fue toda una provocación. Estaba retando al espectador a que no buscase ningún significado más allá de la propia pintura. No había nada más que ver: todo lo que hacía falta saber estaba en el título y el lienzo. Malévich decía que había "reducido todo a nada".
El simple cuadrado negro sobre un retazo de tela blanca se convertiría en uno de los grandes momentos sísmicos del arte, para alinearse junto al descubrimiento de la perspectiva matemática, los experimentos binoculares de Cézanne y el mingitorio de Duchamp.

Will Gompertz,  "¿Qué estás mirando? 150 Años de Arte Moderno en un Abrir y Cerrar de Ojos"

Siempre

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| viernes, 31 de octubre de 2014
(música de fondo para este post: "I'm so tired", por The Beatles)


Cansada del estruendo mágico de las vocales
Cansada de inquirir con los ojos elevados
Cansada de la espera del yo de paso
Cansada de aquel amor que no sucedió
Cansada de mis pies que sólo saben caminar
Cansada de la insidiosa fuga de preguntas
Cansada de dormir y de no poder mirarme
Cansada de abrir la boca y beber el viento
Cansada de sostener las mismas vísceras
Cansada del mar indiferente a mis angustias
¡Cansada de Dios!¡Cansada de Dios!
Cansada por fin de las muertes de turno
a la espera de la hermana mayor
la otra la gran muerte
dulce morada para tanto cansancio.

Alejandra Pizarnik

Laberinto

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| miércoles, 22 de octubre de 2014
(música de fondo para este post: "No Existes" por Soda Stereo)

No habrá nunca una puerta. Estás adentro
y el alcázar abarca el universo
y no tiene ni anverso ni reverso
ni externo muro ni secreto centro.            
No esperes que el rigor de tu camino
que tercamente se bifurca en otro,
que tercamente se bifurca en otro,
tendrá fin. Es de hierro tu destino             
como tu juez. No aguardes la embestida
del toro que es un hombre y cuya extraña
forma plural da horror a la maraña
de interminable piedra entretejida.
No existe. Nada esperes. Ni siquiera
en el negro crepúsculo la fiera.

Jorge Luis Borges

El Divino Amor

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| domingo, 21 de septiembre de 2014
(música de fondo para este post: "How Soon is Now?", por The Smiths)

Te ando buscando, amor que nunca llegas,
Te ando buscando, amor que te mezquinas,
Me aguzo por saber si me adivinas
Me doblo por saber si te me entregas.

Las tempestades mías, andariegas,
Se han aquietado sobre un haz de espinas;
Sangran mis carnes gotas purpurinas
Porque a salvarme, oh niño, te me niegas.

Mira que estoy de pie sobre los leños,
Que a veces bastan unos pocos sueños
Para encender la llama que me pierde

Sálvame, amor, y con tus manos puras
Trueca este fuego en límpidas dulzuras
Y haz de mis leños una rama verde.

Alfonsina Storni

El Arte está en la Idea, no en el Objeto.

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| domingo, 7 de septiembre de 2014
(música de fondo para este post: "Bodyrock", por Moby)

Duchamp lleva al estudio su nueva adquisición, lo hace descansar sobre su superficie plana y lo coloca de modo que parezca que está al revés. Luego lo firma y fecha con pintura negra en el lado izquierdo del cerco exterior. Utiliza un seudónimo: "R. Mutt, 1917". La obra está terminada. Sólo queda una cosa por hacer: ponerle título. Decide que sea Fuente. Lo que pocas horas antes había sido un mingitorio anodino y común se ha convertido ahora, por obra y gracia de la acción de Duchamp, en una obra de arte. (...)
Marcel Duchamp se habría reído mucho de la reverencia de la que es objeto Fuente actualmente. La eligió precisamente por la ausencia total de atractivo estético: lo que él llamaba antirretiniano. Es una escultura readymade que nunca fue mostrada en público, que no pretendió ser más que una provocación y una broma, pero que se ha convertido en la obra de arte más influyente del siglo XX.

Will Gompertz, "¿Qué estás mirando? (150 años de arte moderno en un abrir y cerrar de ojos)"

Facundo

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| sábado, 9 de agosto de 2014
(música de fondo para este post: "La Lorohuaseña", por Jorge Cafrune).

Es inagotable el repertorio de anécdotas de que está llena la memoria de los pueblos con respecto a Quiroga; sus dichos, sus expedientes, tienen un sello de originalidad que le daban ciertos visos orientales, cierta tintura de sabiduría salomónica en el concepto de la plebe. 
Entre los individuos que formaban una compañia habíase robado un objeto, y todas las diligencias practicadas para descubrir al ladrón habían sido infructuosas. Quiroga forma la tropa, hace cortar tantas varitas de igual tamaño como soldados había, hace enseguida que se distribuyan a cada uno, y luego con voz segura dice: " Aquel cuya varita amanezca mañana más grande que las demás, ése es el ladrón". Al día siguinete fórmase  de nuevo la tropa, y Quiroga procede a la verificación y comparación de las varitas. Un soldado hay, empero, cuya vara aparece más corta que las otras. "Miserable!-le grita Facundo con voz aterrante- tú eres!" Y en efecto, él era (...); el crédulo gaucho, temiendo que, efectivamente, creciese su varita, le había cortado un pedazo(...)
Estaba otra vez un gaucho respondiendo a los cargos que le hacían por un robo: Facundo le interrumpe diciendo: "Ya este pícaro está mintiendo; ¡a ver .. cien azotes!". Cuando el reo hubo salido, Quiroga dijo a alguno que se hallaba presente: "Vea patrón; cuando un gaucho al hablar esté haciendo marcas con el pie, es señal que está mintiendo". Con los azotes el gaucho contó la historia como debía de ser, esto es, que se había robado una yunta de bueyes.

Domingo Faustino Sarmiento, "Facundo"

El Baqueano

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| viernes, 11 de julio de 2014
(música de fondo para este post: "Qué me van a hablar de amor", de Homero Expósito y Héctor Stamponi, por Julio Sosa)


El baqueano es un gaucho grave y reservado, que conoce a palmos 20.000 leguas de llanuras, bosques y montañas. Es el topógrafo más completo, es el único mapa que lleva un general para dirigir los movimientos de su campaña(...)
Un baqueano encuentra una sendita que hace cruz con el camino que lleva: él sabe a qué aguada remota conduce; si encuentra mil, y esto sucede en el espacio de 100 leguas, él las conoce todas, sabe de dónde vienen y adónde van. Él sabe el vado oculto que tiene un río más arriba o más abajo del paso ordinario, y esto en 100 ríos o arroyos; él conoce en los ciénagos extensos un sendero por donde pueden ser atravesados sin inconveniente, y esto en 100 ciénagos distintos(...)
Si el baqueano lo es de la pampa, donde no hay caminos para atravesarla, y un pasajero le pide que lo lleve directamente a un paraje distante cincuenta leguas, el baqueano se para un momento, reconoce el horizonte, examina el suelo, clava la vista en un punto y se echa a galopar  con la rectitud de una flecha, hasta que cambia de rumbo por motivos que sólo él sabe, y, galopando día y noche,  llega al lugar designado(...)
El baqueano  conoce la distancia que hay de un lugar a otro, los días y las horas necesarias para llegar a él, y a más, una senda extraviada e ignorada por donde se puede llegar de sorpresa y en la mitad del tiempo.

Domingo Faustino Sarmiento, "Facundo"

El Rastreador

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| viernes, 4 de julio de 2014
(Música de fondo para este post: "La Huella del Rastreador", de y por Osiris Rodríguez Castillo)


Todos los gauchos del interior son rastreadores. En llanuras tan dilatadas, en donde las sendas y caminos se cruzan en todas direcciones, y los campos en que pacen o transitan las bestias son abiertos, es preciso saber seguir las huellas de un animal y distinguirlas de entre mil, conocer si va despacio o ligero, suelto o tirado, cargado o de vacío(...)
El rastreador es un personaje grave y circunspecto, cuyas aseveraciones hacen fe en los tribunales inferiores. La conciencia del saber que posee la da cierta dignidad reservada y misteriosa(...)
Un robo se ha ejecutado durante la noche; no bien se nota, corren a buscar una pisada del ladrón, y encontrada, se cubre con algo para que el viento no la disipe. Se llama en seguida al rastreador, que ve el rastro y lo sigue sin mirar sino de tarde en tarde el suelo, como si sus ojos vieran de relieve esta pisada que para otros es imperceptible. Sigue el curso de las calles, atraviesa los huertos, entra en una casa y señalando un hombre que encuentra dice fríamente "Este es!". El delito está probado, y raro es el delincuente que resiste a esta acusación.

Domingo Faustino Sarmiento, "Facundo"
 

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