Combates

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| domingo, 21 de junio de 2009

(música de fondo para este post: "Yira Yira", de Discépolo, por Carlos Gardel)

Digo yo, ¿no estamos alimentando lo que decimos combatir?. Esta podría ser una respuesta al hecho de que algunas peleas no se terminan nunca, además de que las vamos perdiendo por goleada.
En efecto, a lo largo de los siglos (o como carámbanos se nos ocurra parcelar el tiempo), el progreso de la humanidad (bué, de alguna manera hay que llamarlo..) no ha logrado sin embargo acabar con la guerra, el hambre, la pobreza, la injusticia, el abuso en todas sus formas, las telenovelas de la tarde, etc...
Con lo cual da que pensar que, más allá de las buenas intenciones que se puedan manifestar, estas cuestiones no figuran entre nuestras prioridades, sino más bien lo contrario; o sea que a lo mejor no estamos haciendo otra cosa que recrear las condiciones para que aquello que decimos querer erradicar, crezca con más fuerza. Así las cosas, imagino a nuestra naturaleza de autodestrucción ríendo a carcajadas en algún rinconcito oscuro de nuestro ser.
Y al final, tal vez Discépolo tenía razón con aquello de "Verás que todo es mentira, verás que nada es amor". Que macana, ¿no?.
Bueno, me despido porque empieza la telenovela...
Ta luego.

Los que Pasan Corriendo

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| sábado, 13 de junio de 2009

(música de fondo para este post: "Running to Stand Still", por U2)

Si uno sale en la noche a pasear por una calle, y un hombre, ya visible desde lejos -pues la calle se empina ante nosotros y hay luna llena- viene corriendo en dirección a nosotros, no por eso lo agarraremos, así sea débil y esté hecho una miseria, ni aunque alguien venga corriendo y gritando detrás de él, sino que lo dejaremos seguir corriendo, ya que es de noche, y no es culpa nuestra si la calle, al claro de la luna llena, se empina ante nosotros, y aparte de todo esto, quizá esos dos hayan organizado la correría para diversión propia, quizá ambos persiguen a un tercero, quizá el primero sea injustamente perseguido, quizá el segundo quiera asesinar, y nosotros nos haríamos cómplices del asesinato, quizá ninguno de los dos sepa del otro, y cada uno corre por su propia cuenta a su cama, quizá sean sonámbulos, quizá el primero porte armas. Y por último, ¿no tenemos el derecho de estar cansados? ¿no hemos tomado tanto vino?. Nos alegramos de que tampoco veamos ya al segundo.

Franz Kafka, "Relatos Breves"
 

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