Tanto soñé contigo ("A la mystérieuse" )

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| jueves, 1 de diciembre de 2016


(música de fondo para este post:"No Existes" por Soda Stereo)

Tanto soñé contigo que pierdes tu realidad.
¿Todavía hay tiempo para alcanzar ese cuerpo vivo y besar sobre esa boca el nacimiento de la voz que quiero?
Tanto soñé contigo que mis brazos habituados a cruzarse sobre
mi pecho cuando abrazan tu sombra, quizá ya no podrían adaptarse al contorno de tu cuerpo.
Y frente a la existencia real de aquello que me obsesiona y me gobierna desde hace días y años, seguramente me transformaré en sombra.
Oh balances sentimentales.
Tanto soñé contigo que seguramente ya no podré despertar.
Duermo de pie, con mi cuerpo que se ofrece a todas las apariencias de la vida y del amor y tú, la única que cuenta ahora para mí, más difícil me resultará tocar tu frente y tus labios 

que los primeros labios y la primera frente
que encuentre.
Tanto soñé contigo, tanto caminé, hablé, me tendí al lado de
tu fantasma que ya no me resta sino ser fantasma entre
los fantasmas, y cien veces más sombra que la sombra que
siempre pasea alegremente por el cuadrante solar de tu vida.

Robert Desnos

De "Corps et Biens", Versión de Aldo Pellegrini

Una Parte Mía

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| domingo, 13 de noviembre de 2016
(música de fondo para este post: "Qué distracción" por Silvio Rodríguez)

En una noche que debió ser de lluvia
o en el muelle de un puerto tal vez inexistente
o en una tarde clara, sentado a una mesa sin nadie,
se me cayó una parte mía.
No ha dejado ningún hueco.
Es más: pareciera algo que ha llegado
y no algo que se ha ido.
Pero ahora,
en las noches sin lluvia,
en las ciudades sin muelles,
en las mesas sin tardes,
me siento de repente mucho más solo
y no me animo a palparme,
aunque todo parezca estar en su sitio,
quizá todavía un poco más que antes.
Y sospecho que hubiera sido preferible
quedarme en aquella perdida parte mía
 y no en este casi todo
que aún sigue sin caer.


  Roberto Juarroz

Detrás de Aquella Puerta.

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| domingo, 2 de octubre de 2016
(música de fondo para este post: "Reloj de Plastilina" por Charly García)


En algún lugar del gran muro inconcluso está la puerta,
aquella que no abriste
y que arroja su sombra de guardiana implacable en el revés de todo tu destino.
Es tan sólo una puerta clausurada en nombre del azar,
pero tiene el color de la inclemencia
y semeja una lápida donde se inscribe a cada paso lo imposible.
Acaso ahora cruja con una melodía incomparable contra el oído de tu ayer,
acaso resplandezca como un ídolo de oro bruñido por las cenizas del adiós,
acaso cada noche esté a punto de abrirse en la pared final del mismo sueño
y midas su poder contra tus ligaduras como un desdichado Ulises.
Es tan sólo un engaño,
una fabulación del viento entre los intersticios de una historia baldía,
refracciones falaces que surgen del olvido cuando lo roza la nostalgia.
Esa puerta no se abre hacia ningún retorno;
no guarda ningún molde intacto bajo el pálido rayo de la ausencia.
No regreses entonces como quien al final de un viaje erróneo
—cada etapa un espejo equivocado que te sustrajo el mundo—
descubriera el lugar donde perdió la llave y trocó por un nombre confuso la consigna.
¿Acaso cada paso que diste no cambió, como en un ajedrez,
la relación secreta de las piezas que trazaron el mapa de toda la partida?
No te acerques entonces con tu ofrenda de tierras arrasadas,
con tu cofre de brasas convertidas en piedras de expiación;
no transformes tus otros precarios paraísos en páramos y exilios,
porque también, también serán un día el muro y la añoranza.
Esa puerta es sentencia de plomo; no es pregunta.
Si consigues pasar,
encontrarás detrás, una tras otra, las puertas que elegiste.


Olga Orozco

Tal vez no era pensar...

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| domingo, 4 de septiembre de 2016
(música de fondo para este post: "Ah...basta de pensar" por Luis Alberto Spinetta)

Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente.
Tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
Sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente...


Idea Vilariño

50 Aniversario

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| domingo, 21 de agosto de 2016
(música de fondo para este post: " Zamba de mi Esperanza" por Jorge Cafrune) 

Un hombre sale al patio trasero de su casa
(ahí no llega nunca el duro viento del otoño) 


Tiene en sus manos una pequeña copa de aguardiente
y se mesa con cariño el cabello.


Aquí las canas del hambre
aquí las de aquel día en que fue héroe
entre miles de héroes
aquí las huellas del asco
las señales de quien tocó con dedos jóvenes la grandeza
las del temor
la de la inmensa alegría
las del todopoderoso conocimiento.


En el fondo del cielo luce una estrella
que él llama esperanza. 


El hombre alza su copa
y bebe.

Roque Dalton

El Error

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| sábado, 16 de julio de 2016
(música de fondo para este post: "Mistake" por Moby)

El barco zarpa tan despacio que es díficil aceptar que no hay manera de detenerlo. Tan lento se mueve en el agua espesa del río que uno puede suponer que está dudando entre salir y quedarse. ¿Y si fuera ella la que vacila, y no el barco? Se despega de Buenos Aires y enfila en dirección a Colonia. En apenas una hora va a estar allá: en otro país, en otra vida. La veo irse, hasta perderla. Hay un morbo del error que hace que, además de cometerlo, uno después se lo quede mirando, como se quedan mirando los gatos las cosas que tiraron y rompieron. El paisaje de mi error es sencillo: un río inmenso, tan inmenso que la orilla opuesta no alcanza a verse, y un barco que se achica mientras fabrica distancia. Me lo quedo contemplando, como si fuera a cambiar.

Martín Kohan, "El Error" (cuento)

Otoño

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| viernes, 17 de junio de 2016
(música de fondo para este post: "Balada de Otoño", por Joan Manuel Serrat)

En llamas, en otoños incendiados,
arde a veces mi corazón,
puro y solo. El viento lo despierta,
toca su centro y lo suspende
en luz que sonríe para nadie:
¡cuánta belleza suelta!

Busco unas manos,
una presencia, un cuerpo,
lo que rompe los muros
y hace nacer las formas embriagadas,
un roce, un son, un giro, un ala apenas;
busco dentro mí,
huesos, violines intocados,
vértebras delicadas y sombrías,
labios que sueñan labios,
manos que sueñan pájaros...

Y algo que no se sabe y dice «nunca»
cae del cielo,
de ti, mi Dios y mi adversario.

Octavio Paz

Un Moderado

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| miércoles, 1 de junio de 2016
(música de fondo para este post: "Cosas Imposibles", por Gustavo Cerati)

Miento si digo que no pienso en besarla. Y al besarla, por qué no, envolverla como al descuido en un abrazo de apariencia casual. Se llama Ana y me recibe en el aeropuerto con la inquietud susurrada de si he volado bien, si no estoy demasiado cansado. Miento si digo que no pienso en besarla. Pero soy, en definitiva, lo sabido y lo de siempre, un moderado, un contenido, un mitigado, ya se trate del proceder (porque en cambio le estiro mi mano y la saludo con la corrección de los diplomáticos de carrera) o ya se trate del decir (porque, para ser del todo sincero, no pienso solamente en besarla).

 

Martín Kohan, "Este Sol es como el Agua" (cuento)

Culpar a las Víctimas

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| jueves, 19 de mayo de 2016
(música de fondo para este post: "Baile de los Pobres", por Calle 13)

Todos conocemos esos juicios, que no son sólo palabras en una charla de café: al parecer, los desempleados "abusan" de los derechos sociales, los pobres son "casos sociales", los jóvenes de los suburbios "prefieren" los tráficos ilícitos al trabajo, los migrantes "malversan" las prestaciones sociales, etc. En resumen, las víctimas  de las mayores desigualdades merecen su suerte y no son verdaderas víctimas, a pesar de que esas grandes desigualdades chocan con nuestros principios. Toda vez que esas víctimas estén un tanto alejadas en lo social y provengan geográficamente de otra parte, el sentimiento de solidaridad se extingue frente al rigor de la sospecha meritocrática.
La crítica social realizada en nombre de la igualdad tropieza con la crítica social del mérito, según la cual las víctimas de las desigualdades más flagrantes  son presuntamente  responsables de su suerte. Desde la década de 1970 las investigaciones nacionales e internacionales indican que el porcentaje de quienes explican la pobreza por las conductas y la cultura de los pobres no deja de aumentar. La tendencia a culpar a las víctimas se consolida: las encuestas muestran que muchos ciudadanos no desean pagar por aquellos que, a su juicio, no lo merecen (...)
Esta economía moral se despliega en toda la sociedad. No imaginemos que las clases populares son indulgentes respecto de quienes están situados debajo de ellas. La economía moral del mérito siempre termina por culpar a las víctimas y por designar los "casos sociales" y a los "inmigrantes" como aprovechadores. De víctimas, estos pasan a ser chivos expiatorios.

Francois Dubet, "¿Por Qué Preferimos la Desigualdad? (aunque digamos lo contrario)"

Teorema de Incompletitud

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| sábado, 23 de abril de 2016
(música de fondo para este post: "Murder By Numbers", por The Police) 

Hay una diferencia entre la verdad y la parte de verdad que puede demostrarse: ése es en realidad un corolario de Tarski sobre el teorema de Gödel. Por supuesto, los jueces, los forenses, los arqueólogos, sabían esto mucho antes que los matemáticos. Pensemos en cualquier crimen con sólo dos posibles sospechosos. Cualquiera de ellos sabe toda la verdad que interesa: yo fui o yo no fui. Pero la justicia no puede acceder directamente a esa verdad y tiene que recorrer un penoso camino indirecto para reunir pruebas: interrogatorios, coartadas, huellas digitales... Demasiadas veces las evidencias que se encuentran no alcanzan para probar ni la culpabilidad de uno ni la inocencia del otro. En el fondo, lo que mostró Gödel en 1930 con su teorema de incompletitud es que exactamente lo mismo ocurre en la matemática.
Gödel mostró que aún en los niveles más elementales de la aritmética hay enunciados que no pueden ser ni demostrados ni refutados a partir de los axiomas, que están más allá del alcance de estos mecanismos formales, enunciados sobre los que ningún juez podría dictaminar su verdad o falsedad, su culpabilidad o inocencia(...) ¿Por qué los matemáticos no tropezaron durante siglos con ninguno de estos enunciados indecidibles, por qué también después de Gödel, ahora mismo, la matemática puede seguir su curso tranquilamente en todas las áreas?(...)
En esa época yo era un comunista bastante ferviente y estaba muy impresionado con una de las frases de Marx, que decía que la humanidad no se plantea, históricamente, sino aquellas preguntas que puede resolver. Durante algún tiempo pensé que esto podía ser el germen de una explicación: que en la práctica los matemáticos quizá se estuvieran formulando únicamente aquellas preguntas para las que tuvieran de algún modo parcial la demostración.

 Guillermo Martinez, "Crímenes Imperceptibles"

Uniferencia

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| viernes, 1 de abril de 2016
(música de fondo para este post:  "AirportMan" por R.E.M.)

El vuelo hizo escala en el aeropuerto Guarulhos. Había unas horas de espera, así que para matar el tiempo decidió hacer un recorrido por la terminal, a la que llegaba por primera vez. Como todo buen explorador burgués, erró despreocupado por los amplios corredores, las escaleras mecánicas, las zonas de embarque, el free shop, los bares. No había en aquel lugar nada distinto de cualquier otro similar. Más tarde, ya sentado a la mesa de un bar y mientras sorbía un té (que calculaba había pagado cuatro o cinco veces más de lo que costaría en cualquier otro sitio de la ciudad), pensó que al fin de cuentas todos los aeropuertos son iguales. Como los shoppings. Como los cines. Como las calles peatonales de las grandes ciudades. Como los restaurantes japoneses. Como los recitales masivos de rock. Como los delanteros paraguayos. Como tantas otras cosas o lugares o actitudes. Lo que le resultaba extraño es que esta tendencia a la uniformidad fuera producto de una humanidad que reclama a los gritos su derecho a la diferencia.




Escuela Primaria

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| viernes, 18 de marzo de 2016
(música de fondo para este blog: "Imposible Escribir sobre Nada" por Paulinho Moska y Fito Paez).

 Es claro que la señorita dio la orden:
 Scudero pase al frente, tome la almohadilla y borre.
 - ¿Qué?
 - Todo lo escrito en su vida.
 - ¿Paa qué?
 - Para que no recuerde las apuestas perdidas.
 - Pero es que también tuve ganancias.
 - Scudero no sea gil,
   esas también son pérdidas porque ya no existen,
   se las llevó el viento zonda. Borre todo.

Jorge Leónidas Escudero.

 




Cada uno se va..

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| domingo, 28 de febrero de 2016
(música de fondo para este post: Ojos de Video Tape, por Charly García)

Cada uno se va como puede,
unos con el pecho entreabierto,
otros con una sola mano,
unos con la cédula de identidad en el bolsillo,
otros en el alma,
unos con la luna atornillada en la sangre
y otros sin sangre, ni luna, ni recuerdos.

Cada uno se va aunque no pueda,
unos con el amor entre dientes,
otros cambiándose la piel,
unos con la vida y la muerte,
otros con la muerte y la vida,
unos con la mano en su hombro
y otros en el hombro de otro.

Cada uno se va porque se va,
unos con alguien trasnochado entre las cejas,
otros sin haberse cruzado con nadie,
unos por la puerta que da o parece dar sobre el
camino,
otros por una puerta dibujada en la pared o tal
vez en el aire,
unos sin haber empezado a vivir
y otros sin haber empezado a vivir.

Pero todos se van con los pies atados,
unos por el camino que hicieron,
otros por el que no hicieron
y todos por el que nunca harán.


Roberto Juarroz

Cuerpo

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| viernes, 12 de febrero de 2016
(música de fondo para este post: "Body and Soul", por Billie Holliday).

A veces el cuerpo pide lo que uno no le puede dar. Pero el cuerpo es así, viene a ser como la parte más animal de la cosa humana, ¿no? Entonces pide y pide y sigue pidiendo nomás. Y cuando no hay, tanta insistencia al final se va acumulando y torna a algo que ya no es físico, algo como una sustancia que te viaja por la sangre (pero que no es, no es la sangre ni es nada); algo de adentro del cuerpo pero que no forma parte de él.
Un corrosivo, un acelerador atómico de insatisfacción.
¿Y qué hacer con eso, cómo saciar esa sed cuando no quedan siquiera espejismos?.


(Imagen: "La Supremacía de la Materia sobre el Espíritu", Man Ray ,1929)

Pieza Cortada

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| miércoles, 6 de enero de 2016
(música de fondo para este post: "Rape Me" por Nirvana)

Pieza Cortada comenzó con Yoko Ono a solas, inexpresiva y en silencio, en el suelo de un escenario, sentada sobre sus piernas, de lado. Llevaba un vestido negro sencillo. A dos pasos de ella, en el suelo, había unas tijeras. Una vez que los miembros del público estaban situados en la sala, se los invitaba  a entrar en escena de uno en uno y a cortar el vestido de Ono. Al principio respondieron con bastante lentitud y respeto, pero poco a poco fueron volviéndose más confiados y atrevidos, a medida que, corte a corte, el vestido de la artista iba quedando hecho jirones.
Ver ahora en Internet el material filmado durante la performance significa presenciar un suceso invasivo que evoca una violación. Expone verdades sobre la naturaleza humana y las relaciones, sobre agresores y víctimas, sobre el sadismo y el masoquismo, que ni la pintura ni la escultura son capaces de mostrar (...)
Si el arte existe para despertar nuestros sentidos, para lanzarno un reto, para ayudarnos a entender, para hacernos mirar de una manera nueva, entonces Pieza Cortada de Yoko Ono es una obra maestra.


Will Gompertz, "¿Qué estás mirando? 150 años de Arte Moderno en un abrir y cerrar de ojos".
 

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